miércoles, 2 de junio de 2010

Un día gris y tristón de la playa










Pienso que no debo volver a pasar ningun dia en la playa. Por la mañana cometí el error de salir solo por la mañana, en el fondo me siento cansado, pero necesitaba tomar algo de aire. Al llegar habia un grupo de jovenes desperdigados por la arena, vestidos de calle o de fiesta, con sus atillos tirados, las mochilas desaseadas, cinco dormidos y uno de ellos desnudo en bermudas con gafas de sol, de imagen bella, despierto y entusiasta poniendose el protector, pasé y detuve la mirada al pasar, me sentí triste como siempre, estaban al lado del cordon de la charca. Mientras caminaba pensaba en que hubiera sido de la vida, si hubiera tenido amigos con los que compartir un dia asi, con los que desarrollar la vida, hablar...no sentirse ahogado, no sentir dolor por no poder expresar con libertad lo que se siente.
Camine con mi bolsa unos metros, subiendo la arena, cansado me caí rendido un momento, desde lo alto veia el pequeño grupo feliz.

Luego en otro lugar me tumbé contra el cielo, me dolian los ojos de verlo tan azul, y sentí un poco de mareo, no habia podido llevar agua.
Pasé varias horas solo viendo pasar grupos de amigos, sin dejar de pensar ni un solo momento. Algunos desconocidos que habia visto otras veces solos paseaban con sus parejas. Siento que se me arruga el alma cuando veo otras parejas gays, me siento impotente porque se que nunca podre salir con nadie, y en el fondo tampoco podre saborear un poco de esa felicidad. Trato de tomarlo con humor, pero a veces, no aguanto más y no tengo fuerzas para mantener ese misimo animo, me siento como convalesciente y debil y me abandono a solas mientras pasan las horas en la inmovilidad, mientras acaso para otros en esas horas puedan sonreir, encontrarse con sus amigos de siempre, hablar con libertad, y sentir un dia más, diferente al anterior. Para mi nunca cambia nada, es el mismo sol dudoso y triste.

Mientras estaba sentado en la arena, con la mirada perdida pasó frente a mi una pareja de dos hombres, uno parecia mirar como curioseando, pareció hacer un raro amago por dar un paso hacia donde estaba,pero el otro chico le tiró del brazo y siguieron.
Al poco tiempo mientras seguia tendido boca arriba mirando al cielo pensando en lo absurdo e injusto de la vida, tratando de encontrar una salida agradable, escuche un murmullo de dos chicos que comian palomitas de una caja de plastico. Masticaban ruidosamente. Uno de ellos tenia un tupé castaño.
-¿Lo dejamos todo aqui marido?
-Si, dejalo...-tiraron los bultos
Se hicieron un hueco y comenzaron a desnudarse con los bultos en la arena.
Estaba tumbado en un hueco de arena y tumbado veia las siluetas más altas desnudandose sobre un cielo de nubes grises y frias. Despues de quitarse la camisa y los pantalones, el chico del tupé se quedó con un slip azul celeste muy abultado. Estaba depilado y tenia una cicatriz en el pecho, como si le hubieran operado del corazon o en el torax. El cuerpo de hombros estrechos y talle menudo, sin gimnasio. Su marido de hombros y torso más ancho, algo de vello en el pecho, tenia la boca grande de labios finos, atractivo con los rasgos de la cara entre angulosa y redonda, algo asi como cuadrada, la voz menos basta que la de su marido, y fina, con acento de madrid.
Se quitaron los slips y se soltó una polla de tamaño mediano más bien grande, menos abultado que lo que aparentaba el slip, tenian los testiculos redondos y altos, totalmente depilados. Se quitaron la prenda y se los tocaron, acariciandose los testiculos. - Marido, hoy no hace tanto sol... Se tumbaron juntos frente a mi, mientras seguian comiendo palomitas, el chico canario con voz más basta y seseante como una serpiente, estaba sentado con las piernas abiertas hacia mi, y se sujetaba los testiculos, mientras seguian comiendo palomitas, su marido de madrid hablaba con locuacidad con frases cortadas. Se levantó varias veces dando paseos por la montaña de arena. Su marido con las piernas abiertas mientras hablaba se colocó el pene hacia atras, despues de sujetarse suavemente los testiculos. Mientras se sujetaban los testiculos redondos sin colgar de piel dura, con un cielo nublado, sentí una sensacion de melancolía, el cuerpo desnudo un dia solitario en un dia gris.
- Marido, Sofia es la chica que te dije, trabaja en el buffet de abogados de su padre...¿sabes?-dijo ladeando la cabeza el chico de madrid- es amiga de Marta...
- A mi me parecen buenas niñas, pero me parece que les gusta meterse en todo y a esa chica le gusta demasiado hablar...¿sabes?-dijo el chico canario del tupé
- Ya, pero no es mala...Es un poco cotilla...
- Es que es eso...que no importa que sepan o no, que no es discreta...-se puso de pie y dio un paso alante y atras- que no importa, pero...

Sufria pensando en que nunca podré sentir algo asi, y al verlos imagine que la mayoria de los canarios que encuentran marido suelen encontrarlo en el resto de la peninsula, o en madrid, y no aqui. Siempre dicen los que encuentran a un canario despues de alabarlo y bendecir canarias como un rito automatico y obligado 'pero era un canario raro de cojones'. Para mi, siento que no son la excepcion que confirma la regla sino la regla que confirma la excepcion que obliga al exilio como hoya a presion.

Miraba de pie con los brazos cruzados frente a su marido madrileño con la mirada perdida en las montañas que hay a espaldas de la playa.
-Ahora esta verdito la zona de cazadores, esta guay, para ir a comer por ahi...
Esa zona de arriba esta verdita, guay...

(Saqué la revista All man Gay del bolso y la comencé a hojear con ansiedad como distraido, tratando de leer inutilmente el sentido testimonio de un empleado que se tiró a su jefe, la llené de arena, miré de reojo sin demasiado interés)

El chico del tupé seguía mirandome y mirando a su alrededor de pie, moviendo los pies.
Se hizo un silencio.Se puso a mirar por ahi.
- Es el marica de la camiseta roja, nos estaba mirando antes...
-¿Ha pasado otra vez?
-Estaba caminando por la orilla...
Se volvieron a tumbar juntos, con las piernas flexionadas cubriendose con la mano los testiculos.
-Al final vamos a alquilar la casa y reformarla para hacer una casa rural...
-Que guay, ya me contaras, a ver que tal...
-Hay que hablar con el constructor... tiene una pinta de vividor...

El chico del tupé se puso el bañador solo para bajar a bañarse.
El chico de cara cuadrada se tumbó a dormir, los dos minutos que bajo al subir se desperezó.
- Marido, me he quedado dormido, ¿ha pasado mucho tiempo?
- No, un rato- se salpicó las gotas de agua dando saltitos.
-Es que me he quedado dormido y no se cuanto tiempo ha pasado.
se hizo un silencio ansioso.
-Parece que al final ha salido el sol-dijo el chico de madrid.

Se hizo un silencio y el chico de madrid camino al rededor del marido canario. Se le puso morcillona, recta mientras su marido canario le miraba pensativo y serio, el otro sonriendole le dijo: "¿Qué miras, marido?".
Luego se sentó y habló entusiasmado de su trabajo. Aun no estaban viviendo juntos, cogia el avion para ir todavia a Madrid. Pensaba en lo dificiles que son las relaciones a distancia, al principio pensaba que era romantico pero asepticas y duras.
-Voy a preparar las cosas, lo que queda de trabajo, y darselo todo a mi jefa. Ya estamos acabando...

Me levanté y caminé hasta el monticulo, estaba cansado de estar tumbado.
Me senté en el monticulo donde habia orinado alguien, es un agujero donde la semana pasada un hombre de cincuenta años se puso con su mujer bajo una sombrilla para masturbarse, se manoseaba hacia delante y atras lentamente, mientras tomaban el sol desnudos. Vi como se vestian y se alejaban no sin antes hacerse unas fotos juntos con el fondo de las montañas de arena sonriendo. Las tipicas fotos de viajes con las dos caras juntas y sonrientes, esas que se ponen en las paginas sociales. El verano pasado, o el anterior se hacian fotos asi a menudo en esta misma calle (la de la cabecera), parejas que se tiraban fotos con un beso en la boca, hombres rudos, y jovencitos fragiles como orquideas.
Vestidos no lucian tanto como desnudos, parecian chicos normalitos, sin destacar mucho. La arena se quedó completamente vacia y sola con el mar picado, el tono ruidoso y agudo del chico madrileño se iba perdiendo. Quise masturbarme en un ultimo aliento por sujetarme a la vida, pero me quedé inmovil, apabullado por esa sensacion de vacio y soledad profunda del espacio cuando queda abandonado. No se que sentia, como si le hubieran arrebatado los hijos a la tia Tula.

Después de soñar durante la noche con esos extraños hombres jovenes sonrientes, que dedican esas miradas de curiosidad, de los escasos momentos amables, al despertar se recuerdan sin querer los detalles desagradables como un regusto amargo y punzante.
Esta mañana nada más levantarme he puesto en la lavadora la toalla, que un negro chapero se paso por el pene para limpiarselo despues de intentar hacerme su cliente. Me parecía tan deprimente.